Hace unos días me di cuenta de cuánto me persigue el tema “baño”. No el baño de ducha, baño de baño, de cuando te sentás ahí y hacés tus “cosas”.
He notado varios síntomas, como por ejemplo golpear varias veces antes de abrir definitivamente la puerta, cerrar la puerta incluso cuando estoy solo en mi casa, trancar la puerta hasta cuando voy a lavarme los dientes, etc.
Pero todo tiene su explicación, todo.. sí, todo.. Esto tampoco es una excepción. Por qué golpear varias veces la puerta antes de entrar? Y bueno, imagínense que el tipo está ahí con la boca inflada y la cara roja de empujar, y uno le toca la puerta.. No es una situación fácil, no siempre tenés aliento como para contestar con un adecuado “Ocupado”, entonces, estás a punto de decir la palabra mágica y la tragedia ocurre: ABREN LA PUERTA!, te morís.. sí, estés del lado de la puerta que estés, te morís.. Posta, no sé para quién es más difícil, pero no quiero averiguarlo.
Dicho esto, lo mejor es golpear varias veces, hasta estar seguros de que no hay nadie.. Esta es una de las cosas que más me asustan en la vida: Abrir la puerta del baño y encontrar a alguien haciendo lo “suyo”. No sé cómo actuaría, en serio, creo que me reiniciaría el cerebro instantáneamente (como si tuviese un linux con esos drivers “open-source” jodiendo el kernel).
Como vemos, cuando uno está en el baño, está en su momento más íntimo, con la vulnerabilidad al máximo. Qué guerras, bombas, tornados.. NO, nada supera la vulnerabilidad lograda por el baño, deja sin efecto cualquier superpoder, cualquier tipo de ventaja en inútil, te deja ahí, sin protección.
Otra de las moralejas que quiero que quede clara, es que los drivers open-source no siempre son mejores, ta?.